El origen de las cantarinhas de Bragança se remonta a la época medieval, cuando aquí se comenzó a realizar una feria a principios del mes de mayo, de la cual quedó este famoso objeto como emblema.
El intercambio de cantarinhas, -pequeños cántaros de barro-, entre los seres queridos ha sido una constante a lo largo del tiempo, siempre en esta época del año, y forma parte ya del patrimonio cultural y afectivo de los brigantinos, donde las cantarinhas continúan teniendo un lugar muy especial. Según cuenta la tradición, ésta era la época en que comenzaban los noviazgos, que se iniciaban con la entrega de una cantarinha por parte del chico a la chica.
“Queremos que las cantarinhas sean reconocidas como Patrimonio Nacional Inmaterial, por su calidad y por su carácter tradicional, por el arraigo que tienen en esta región”, dijo para Salamanca al Día, Hernâni Dias, presidente de la Cámara Municipal de Bragança.
Miles de personas de todo el país y de España han visitado Bragança el fin de semana pasado, atraídos por la celebración de esta tradicional Feria de las Cantarinhas, pero también por la XXXII edición de la Feria de Artesanía que se ha realizado en la Plaza Camões y por la Feria de Agricultura desarrollada en otra zona de la ciudad. Más de 400 expositores han estado presentes en Bragança, según el presidente Hernâni Dias.
La Feria de las Cantarinhas este año tenía como novedad el cambio de fecha. Por primera vez no se celebraba coincidiendo con el 3 de mayo, Día de las Cruces, sino con el primer fin de semana de mayo, fecha en la que va a permanecer a partir de ahora. La modificación fue consensuada entre el gobierno local, los feriantes y los comerciantes de Bragança, optándose por hacerla coincidir con el fin de semana para facilitar la visita, tanto de brigantinos como de turistas. “Nuestro objetivo es que la feria sea mejor, tanto para los comerciantes, como para los visitantes”, afirmó al respecto Hernâni Dias.
Muchos de esos visitantes llegan de las comarcas limítrofes españolas, sobre todo, de Zamora y Salamanca. El presidente de la Cámara Municipal de Bragança ha reconocido tener mucho interés en que este evento sea uno de los atractivos para que más españoles se acerquen hasta Bragança.
Además de las clásicas cantarinhas del pueblo de Pinela, cercano a Bragança, en esta feria hay vendedores de cantarinhas de todas las regiones del país, como Eduardo Pereira, que viene año tras año desde Lamego, ya que, asegura, éste certamen es uno de los más importantes del sector.
A parte de cantarinhas y todo tipo de piezas de barro, estos días en las calles de Bragança ha habido dulces, embutidos, licores, joyería artesanal y todo tipo de productos tradicionales.
Las cantarinhas son para Bragança una tradición propia y ancestral que conecta con la memoria afectiva de los habitantes de esta comarca, con un significado transmitido de generación en generación.
in:salamancartvaldia.es
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